Regresa a mí

—¡No, no, no, por favor despierta!— Mis lágrimas caían sobre su rostro, y por más que gritaba su nombre, seguía sin responder.

—N-no puedes dejarme... No-no hemos tenido suficiente tiempo... Por favor, vuelve a mí—. Nada. Sollozaba mientras acunaba su cabeza en mis brazos.

*Esto no podía ser el fina...

Inicia sesión y continúa leyendo