Nuestra hermosa nueva vida

Resoplé y miré la hora. Eran las cuatro menos cuarto de la mañana, y estaba despierta.

Sintiendo deseo.

Me giré para mirar a Damiano, que dormía plácidamente a mi lado. Lo deseaba, pero no quería despertarlo solo para satisfacer mis necesidades. Tenía un día largo por delante, volando a una reunión ...

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