Dejándote ir

Damiano

—¿Has logrado dormir aunque sea un poco?—me preguntó Arianna con una mirada preocupada.

—¿Cómo esperas que duerma cuando ella está pasando por el infierno?—le respondí bruscamente, pero no le molestó mi tono. Había salido a fumar una vez que ella se había quedado dormida. Como no habí...

Inicia sesión y continúa leyendo