Capítulo 76

El alivio me inundó como una ola. Me aferré al brazo que Rex me ofrecía, dejándome guiar lejos de las miradas depredadoras que nos seguían.

Gracias a Dios. Te debo una, Rex. Te debo una muy grande.

—Allen quiere hablar contigo —susurró Rex mientras caminábamos—. Está esperando en la salida este.

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