Capítulo veinticuatro

—¡Oh, has vuelto! —exclamó Tessa, tratando de desviar la conversación—. ¿Lograste encontrarlo?

Los hombros de Lucas se hundieron ligeramente, un atisbo de decepción evidente en su voz—. Lo siento mucho, Tessa. Fui a tres tiendas diferentes, pero parece que se les había acabado. No pude encontrar lo...

Inicia sesión y continúa leyendo