Capítulo tres
Tessa siguió el liderazgo de Tristan mientras se dirigían al apartamento asignado a ella dentro de la Academia Sobrenatural. El edificio emanaba un aire de encanto y misterio, su grandeza solo igualada por los secretos que guardaba en sus paredes.
Juntos subieron las escaleras, sus pasos resonando por el pasillo hasta llegar al apartamento designado para Tessa. La puerta se abrió revelando un acogedor espacio de vida adornado con elegantes muebles y una atmósfera invitante. Los ojos de Tessa se abrieron de par en par con asombro y aprecio.
—Wow, esto es increíble —exclamó Tessa, su voz llena de maravilla.
Tristan sonrió, sus ojos brillando—. Bienvenida a tu nuevo hogar, Tessa. Que sea un santuario donde puedas encontrar consuelo en medio del caos de nuestras vidas aquí.
Mientras se instalaban, Tessa no pudo evitar sentir un sentido de gratitud por la guía y el apoyo de Tristan. Él había sido su roca desde que puso un pie en la academia, y estaba decidida a demostrar que era digna de su fe en ella.
Los días se convirtieron en semanas, y Tessa se encontró inmersa en la vida bulliciosa de la academia. Las salas de conferencias se convirtieron en su santuario, donde el conocimiento fluía como un antiguo río de sabiduría. En su primer día de clases, entró al auditorio, su curiosidad despertada, sus ojos escaneando el auditorio lleno de rostros desconocidos. Vio un asiento vacío detrás de una figura corpulenta, cuyos anchos hombros insinuaban su herencia sobrenatural. Él se dio la vuelta, atrapando su mirada con sus penetrantes ojos ámbar. Una sonrisa juguetona se dibujó en sus labios mientras le hacía un gesto para que tomara el asiento detrás de él.
—¿Te importa si me uno a ti? —preguntó Tessa, su voz llena de curiosidad.
El hombre lobo se rió, su voz profunda y aterciopelada—. Para nada. Cuantos más, mejor.
A medida que la conferencia se desarrollaba, Tessa se encontró cautivada por el tema: una exploración de la magia elemental entrelazada con el ciclo lunar. La profesora Elara, una experta reconocida en manipulación elemental, dominaba la sala con su vasto conocimiento y su estilo de enseñanza cautivador.
Intrigada por la presencia magnética de la profesora, Tessa no pudo evitar levantar la mano cuando surgió una oportunidad de interacción. Pero antes de que pudiera hablar, la mirada de la profesora Elara se posó sobre ella, una sonrisa conocedora adornando sus labios.
—Tessa —dijo, su voz llevando un toque de calidez y familiaridad—. Aunque eres nueva, tu nombre ya ha llegado a mí. Posees un don raro, querida. Soy una bruja con la habilidad de ver los hilos del destino, y tu llegada aquí a la academia no ha pasado desapercibida.
Los ojos de Tessa se abrieron de par en par, una mezcla de sorpresa y curiosidad llenando su mirada—. ¿Cómo... cómo supiste mi nombre? Acabo de llegar.
La sonrisa de la profesora Elara se amplió—. Como bruja, tengo el don de la adivinación, lo que me permite vislumbrar el tapiz del futuro. Tu nombre, Tessa, brilla intensamente entre los innumerables hilos del destino tejidos dentro de esta academia.
Un sentido de asombro invadió a Tessa. Siempre había sentido una conexión con el mundo sobrenatural, pero la confirmación de su propia naturaleza extraordinaria encendió una chispa de emoción dentro de ella.
—Y ahora —continuó la profesora Elara, volviendo su atención a la clase—, adentrémonos en los misterios de la magia elemental y la profunda influencia que el ciclo lunar tiene sobre nuestras habilidades.
La mente de Tessa zumbaba con un nuevo entendimiento y el conocimiento de que estaba destinada a algo extraordinario. Miró al hombre lobo a su lado, un brillo juguetón en sus ojos. Parecía que su viaje en la academia apenas comenzaba, y las conexiones que forjaría en el camino moldearían su camino de maneras que aún no podía imaginar.
A medida que la conferencia continuaba, Tessa y el hombre lobo se involucraron en bromas ligeras y miradas cómplices. Los intercambios juguetones añadieron una capa extra de disfrute a la conferencia, haciendo que las horas pasaran volando en un torbellino de risas y aprendizaje.
Sin que Tessa lo supiera, este día aparentemente ordinario marcaría el comienzo de un viaje lleno de secretos, romance y peligro. La Academia Sobrenatural guardaba dentro de sus antiguas paredes la clave de su destino, y con cada día que pasaba, descubriría más sobre sus propios poderes, forjaría lazos irrompibles y enfrentaría los desafíos que la esperaban.
Y poco sabía ella, su encuentro con la profesora Elara era solo la punta del iceberg, el primer paso hacia la revelación de los misterios que moldearían su futuro dentro del reino sobrenatural. La academia era un reino de posibilidades infinitas, y Tessa estaba lista para abrazarlas todas, su corazón rebosante de determinación y anticipación por lo que estaba por venir.
