Capítulo treinta y tres

Pero Tessa, Lucas y Tristan se mantuvieron firmes, sus ojos ardían con determinación. Habían llegado demasiado lejos, enfrentado demasiadas pruebas, para dejarse intimidar por las burlas del aquelarre.

Con un movimiento de su mano, Tessa invocó las llamas del relicario de fuego, rodeando al aquelar...

Inicia sesión y continúa leyendo