Capítulo treinta y siete

Pasaron tres minutos agonizantes, el silencio colgando pesado en la cámara. La esperanza de Tessa comenzó a flaquear mientras la duda se infiltraba en su mente.

—Nada parece estar sucediendo —suspiró, su voz cargada de decepción y frustración—. No creo que esto vaya a funcionar.

Tristan, impulsado...

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