Capítulo cuarenta

Los ojos de Tristan suplicaban a Tessa, su voz desesperada.

—Por favor, Tessa, solo dame una oportunidad para explicar. No es lo que parece— imploró, sus palabras cargadas de urgencia.

El pecho de Tessa se apretó, el dolor irradiando a través de ella. Quería creer en Tristan, confiar en que había ...

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