Capítulo siete
Los vítores de la multitud resonaban en la arena mientras las brujas celebraban su dura victoria. Tessa estaba abrumada también por haber ganado.
Tessa no podía evitar repasar el partido en su mente. El equipo de brujas que habían admirado en el entrenamiento había mostrado un nivel de maestría sin igual. Sus hechizos se ejecutaban a la perfección, su coordinación era impecable. Era como si estuvieran bailando con la magia, sin dejar espacio para que sus oponentes respiraran o contraatacaran.
La admiración de Tessa se había convertido rápidamente en una sensación de inquietud cuando vio a las brujas victoriosas lanzando una mirada ominosa en su dirección. La líder del equipo contrario, una poderosa hechicera llamada Aria, había fijado sus ojos en Tessa, su expresión torcida en una sonrisa malvada. Era un mensaje claro, un desafío que hablaba por sí solo.
A medida que la emoción de la victoria se asentaba entre las brujas, la arena zumbaba con anticipación para las finales. La voz del anunciador retumbó a través de los altavoces, declarando la clasificación de su equipo, enviando oleadas de emoción a través de la multitud.
El corazón de Tessa se hinchó de orgullo al mirar a sus compañeros de equipo. Habían enfrentado a oponentes formidables, cada batalla exigiendo su máxima habilidad y resistencia. Pero el desafío más difícil estaba por delante: el enfrentamiento final contra las brujas que habían demostrado su poder y destreza.
La atmósfera se cargó de tensión mientras se preparaba el escenario para el choque definitivo de habilidades sobrenaturales. La mirada de Tessa se cruzó con la de la bruja que había admirado durante su entrenamiento, sus ojos brillando con confianza y un toque de malicia. Estaba claro que esta batalla no sería nada fácil.
La multitud contuvo el aliento cuando comenzó el partido. Tessa, Lucas y Tristan se posicionaron estratégicamente, sus ojos nunca dejando a sus oponentes. El aire se espesó con magia, una energía palpable que intensificaba el suspenso.
Las brujas lanzaron el primer asalto, sus movimientos fluidos y precisos. Los hechizos crepitaban en el aire, entrelazándose con el poder bruto del equipo de Tessa. Barreras arcanas brillaban, protegiéndolos del ataque, pero estaba claro que esta batalla los llevaría al límite.
La mente de Tessa corría, analizando las tácticas de las brujas. Había estudiado sus habilidades, sus fortalezas y debilidades. Sabía que derrotarlas requeriría no solo habilidad, sino también pensamiento estratégico.
Lucas, sus músculos ondulando con anticipación, se lanzó hacia adelante con ferocidad primitiva. Chocó con una de las brujas, sus poderes colisionando en una deslumbrante exhibición de magia y fuerza. Su batalla danzaba al borde del peligro, cada golpe acompañado por una oleada de poder que amenazaba con envolverlos a todos.
Tristan, su velocidad vampírica inigualable, se movía entre los hechizos, contraatacando con precisión letal. Sus ojos brillaban con determinación mientras anticipaba los movimientos de las brujas, golpeando sus vulnerabilidades con agresión calculada.
Tessa enfocó su energía, aprovechando su afinidad elemental. Conjuró tormentas de fuego y ráfagas de viento, usándolas para interrumpir la hechicería de las brujas. Su magia se entrelazaba con la de Lucas y Tristan, sus esfuerzos combinados una sinfonía de poder y habilidad.
La arena temblaba con el choque de magia y voluntad. Los hechizos colisionaban, creando explosiones de luz y sonido que reverberaban en el aire. Los espectadores estaban al borde de sus asientos, sus ojos pegados al espectáculo ante ellos.
A medida que la batalla continuaba, se hizo evidente que las brujas eran una fuerza a tener en cuenta. Sus hechizos eran precisos y devastadores, cada golpe empujando al equipo de Tessa al límite. Sin embargo, se negaban a ceder, sacando fuerza de su vínculo inquebrantable y su determinación inquebrantable.
Las conversaciones entre Tessa y sus compañeros de equipo eran breves y llenas de urgencia. Intercambiaban breves asentimientos, comunicando sus planes a través de una comprensión tácita. En medio del caos, su confianza mutua permanecía inquebrantable.
Los minutos se convirtieron en horas mientras la lucha continuaba, la arena transformándose en un campo de batalla de magia y fuerza de voluntad. Los espectadores observaban con asombro y anticipación, sus corazones latiendo con cada giro y vuelta de la batalla.
Con cada momento que pasaba, la admiración de Tessa por las brujas crecía. Su habilidad, su astucia y su inquebrantable determinación de salir victoriosas alimentaban su propia determinación. Sabía que tenían que esforzarse más, aprovechar reservas de fuerza que no sabían que poseían.
Pero justo cuando el equipo de Tessa comenzaba a ganar impulso, las brujas desataron un hechizo devastador. Un torrente de energía oscura se dirigió hacia ellos, una fuerza malévola que buscaba engullir cada una de sus esperanzas y sueños.
Los ojos de Tessa se abrieron de par en par al darse cuenta, sus instintos gritando una advertencia.
—¡Esquiven!— gritó, su voz apenas audible sobre el caos.
