No hay espacio para retirarse

Harper dudó por unos segundos, luego caminó hacia la figura que sostenía las llaves del coche.

—¿Qué haces aquí?

Al oír su voz, él se quedó paralizado, aferrándose al tronco del árbol.

Preston tembló mientras sacaba un pañuelo del bolsillo de sus pantalones, limpiándose la comisura de los labios ...

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