Límites y ecos

Taya acababa de salir cuando el hombre detrás de ella se levantó de repente y extendió la mano para sostener la suya.

—Te llevaré —dijo.

Griffon despidió al chofer y luego abrió la puerta del pasajero, señalándole que se subiera.

Taya se sintió a la vez molesta y divertida. No tenía planes de hui...

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