El comienzo de la escalada

Silas entendió y levantó débilmente las comisuras de sus pálidos labios.

—Es mi culpa por arrastrarla hacia abajo.

Edith negó con la cabeza.

—Eso no es lo que quiero decir. Lo que quiero decir es que si realmente te importa, entonces vive bien por ella. Tus piernas y tu depresión son las cosas qu...

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