El rescate imprevisto

Dolía...

Un dolor asfixiante...

Era tan doloroso que a Taya le costaba respirar...

Sin embargo, Roman no tenía intención de dejarla ir tan rápido.

Ordenó a los dos guardaespaldas que la presionaran contra el lavabo y los miró con una sonrisa siniestra.

—Mi único arrepentimiento es que no he dormido ...

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