La guerra hasta ahora empieza

—Nena, hija por favor perdóname, yo jamás me imagine que ese miserable se iba a meter contigo, no sabes cuanto daría por que esos golpes hubiesen sido yo quien los recibiera— le digo mientras que hago suaves paños en sus golpes para aliviar el dolor

—Tú no tienes la culpa mamá, tu no actúas por...

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