Presente

Amia

Me paré frente a él completamente desnuda, pero no había vergüenza aquí, no había necesidad de correr y esconderme, o cubrirme. Sus ojos bajaron una vez más. Esta vez recorrieron mi vientre y entre mis piernas, donde sabía que mi humedad era visible. Se oscurecieron mientras el deseo se acumul...

Inicia sesión y continúa leyendo