Capítulo 12 ¡No puedo apartarlo de mi mente!

Vivianne temblaba de arriba a abajo, tanto que parecía una gelatina. Ella deseaba responder aquel último mensaje, solo para decirle que ese juego era arriesgado, que ella era una mujer casada y, por ende, no le parecía adecuado ese coqueteo.

Pero por más que lo intentó, no pudo, en cuanto aparecía...

Inicia sesión y continúa leyendo