Capítulo 22 Peligrosamente, ¡Viva!

Santiago abrió el pestillo cautelosamente, de modo que no fuera a escucharse afuera. Le dijo a su adorada artista, mirándola a los ojos, sintiendo su corazón latir a mil por hora y deseando que, ella le hubiese dado aquel beso que pedía con intención y un dulce deseo que en sí mismo, se hubo posado,...

Inicia sesión y continúa leyendo