LUJURIA

Los labios internos de un rosa más oscuro asomaban entre sus piernas, con su pequeño clítoris travieso anidado en su lugar. De nuevo, no hubo pensamiento, y él bajó la cabeza hacia su coño para saborear su dulce néctar.

—¡No! Para —dijo ella, mientras agarraba su cabeza e intentaba levantarlo—. No ...

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