REVENTÓ SU TAPADERA

Ella miró por un segundo. —Lo siento, estaba perdida en mis pensamientos, lo siento.

—No te preocupes, te entiendo. Entonces, ¿a dónde vas, estás perdida?

—No, no estoy perdida. Quiero ir a ver al señor Aldan. —Se dio cuenta de su error y sus ojos se abrieron de par en par—. No, quise decir, quier...

Inicia sesión y continúa leyendo