Capítulo 53

Llevamos cinco horas en su habitación, contando el tiempo desde que llegué aquí. Cuando lo miré, ya tenía los ojos cerrados. Estoy segura de que uno de mis golpes lo habría dejado dormido. Esperé a que se durmiera después de nuestro apasionado encuentro, pero ya son las 2 p.m. y Kairus no tiene plan...

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