Capítulo 65

Hayes llegó a su destino. Me miró para anunciarlo con gotas de sudor cayendo por su rostro. Incluso su camisa estaba empapada por el esfuerzo de conducir hasta allí.

Tomó la toalla y se secó la cara. Después de unos minutos, volvió a mirarme.

—Estamos aquí —anunció. Lo sé.

—Sal del coche —añadió....

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