Capítulo 18

Los días pasaron rápidamente y pronto llegó el viernes. Maya se había recuperado hasta cierto punto y pronto sería dada de alta.

Con los ojos bien abiertos y los labios moviéndose, estaba sentada en su cama charlando con Mel, quien estaba sentada a su lado.

—No puedo creer que estés en el hospital...

Inicia sesión y continúa leyendo