Treinta y El disfraz

Claro que sí. Por supuesto que Lucille diría que sí. Incluso ahora, mientras se preparaba para su cita de almuerzo con Cade, su mente seguía gritando la palabra con la intensidad de diez fuegos artificiales.

¿Y lo mejor? Agnes estaba totalmente de acuerdo.

La aprobación—o desaprobación—de Agnes ha...

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