Capítulo 52:

Mientras estaba sentada en el sofá con Ambrosia y los chicos, escuché la puerta principal abrirse. Su aroma me llegó antes de que pudiera siquiera girar la cabeza.

—¿De vuelta ya? —pregunté, sonriendo a mi hijo que hacía los ruidos más adorables.

—Por un rato, pero necesito hablar contigo —respond...

Inicia sesión y continúa leyendo