Capítulo 23

La emoción de Shayne era casi incontrolable ahora que Jeffrey había prometido que podría conducir el Mustang. Le encantaban los autos deportivos. Había querido uno desde que era niña, pero su abuela siempre insistía en que eran un gasto innecesario. Shayne había estado contando los días hasta que hu...

Inicia sesión y continúa leyendo