Capítulo 36

Ella se encogió de hombros.

—No lo sé realmente. Pero te juro que a veces siento que la muerte está sobre mí como una gran maldición o algo así.

Frunció el ceño y arrugó la nariz de manera dramática.

Él soltó una carcajada gutural.

—Ustedes, las mujeres Anderson, y su loca creencia en maldicione...

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