Capítulo 18

Sus hombros se pusieron rígidos y todos tomaron aire y lo mantuvieron cautivo en sus pulmones.

Se dio la vuelta lentamente y yo rogaba que no viera el miedo en mis ojos.

Sus ojos eran negros cuando se fijaron en los míos con una mirada amenazante.

—¿Le gruñes a mis hombres?— preguntó ásperamente....

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