Capítulo 48

Caminé en dirección a la guarida donde Iliana y yo habíamos hablado, pero ella no estaba allí, así que continué pasando las lujosas estatuas de los gobernantes anteriores.

Me dirigí hacia un rincón oscuro que no tenía lámparas ni velas.

—Aquí podemos hablar sin ser molestados—

Me giré, casi torcié...

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