Capítulo 50

No aparté la mirada hasta que un grito agudo me hizo girar la cabeza hacia el lado donde vi a uno de los miembros del consejo, tan quieto como podía estar, no estaba en pánico ni moviéndose de un lado a otro tratando de respirar y sus ojos estaban abiertos y redondos mientras la sangre se derramaba ...

Inicia sesión y continúa leyendo