Capítulo 92

—¡Mierda santa, Hazel, no te muevas!

Levanté la cabeza de golpe, lo miré directamente a los ojos y contuve mi grito. Ese fue el peor consejo que he escuchado. Por supuesto, no me estoy moviendo cuando tengo una serpiente a punto de hacerme su próxima comida.

—Gabe —gemí cuando sentí que apretaba su ...

Inicia sesión y continúa leyendo