32

(Amina)

—¡Eh, eres tú!— dijo con voz emocionada, pero no tenía idea de lo que estaba diciendo.

—No puedo...— estaba a punto de decirle que no entendía ruso, pero ella continuó;

—¿Eras la chica que llegó tarde hoy y tuvo que quedarse al frente, verdad?

—Uhm...— me rasqué la parte trasera de la ca...

Inicia sesión y continúa leyendo