Déjalo ir

Suspiré. Era una gran revelación.

—Siento. Siento tantas cosas. Me siento solo, triste, feliz y enojado. Tengo emociones, igual que tú.

—¿Lloras?

—Solía hacerlo, pero ahora solo lastimo a las personas que me hacen querer llorar de vuelta. Asentí.

—¿Puedes lastimarme? —pregunté, mirándolo a la ca...

Inicia sesión y continúa leyendo