El regreso a casa más hermoso de la historia

—Tengo un regalo para ti —la voz de Robin me despertó de mi siesta. Me había quedado dormida probablemente durante una hora en el avión. Él sostuvo mis manos todo el tiempo y me acarició el cabello. No era mi culpa que me diera sueño.

—Oh Dios mío, ¿cuánto tiempo he estado dormida? —le pregunté. To...

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