El regalo

Cameron asintió a cada una de sus palabras y usó ambas manos para frotarnos la cabeza. —Son tan hermosas— lloró. Era tan relajante, honestamente. Y estaba agradecida de haber entrado en la habitación, para intervenir.

—Te doy solo tres meses, Cameron. Después de tres meses, se tomará una decisión. ...

Inicia sesión y continúa leyendo