162

La luna colgaba alta en el cielo mientras guiaba a Luca por el sendero sinuoso detrás de mi propiedad. El bosque estaba inquietantemente silencioso, salvo por el crujido de las hojas bajo nuestros pies. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, pero mi rostro no traicionaba mi agitación interna. Todo...

Inicia sesión y continúa leyendo