A la mañana siguiente

Me desperté con el sol danzando sobre mi piel. Se sentía cálido y acogedor, estaba en un verdadero y absoluto éxtasis. Pude escuchar la ducha apagándose. Para mi completo horror, era Damien quien entraba en la habitación con una toalla alrededor de la cintura. Gotas de agua caían de su cabello negro...

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