Mi cruel compañero. 56

Mis ojos se abrieron lentamente cuando sentí una mano entre mis muslos. No me asusté porque sabía que era Edward. Besó mi cuello y gemí, mis manos se enredaron alrededor de su cuello mientras nuestros labios se unían en uno solo. Compartimos un beso profundo y largo, y sus dedos acariciaron suavemen...

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