Cuarenta y seis

—Bienvenida de nuevo, Anaiah.

Para mi sorpresa, él se acerca majestuosamente y me deja asombrada, aunque está furioso. Su aura es poderosa, me deja sin aliento y doy un paso atrás instintivamente. Al llegar a mí, pone sus manos en mi cuello y besa mi frente con un beso suave y prolongado que hace q...

Inicia sesión y continúa leyendo