Capítulo 38: ¡Por eso debería llamar a la puerta!

Kydence se despertó con una enorme sonrisa en el rostro.

—Buenos días, mi hermosa Alfa —susurró Dakota en su oído, atrayéndola contra su pecho.

—Buenos días —sonrió ella.

—¿Estás adolorida? ¿Te hice daño? ¿Necesitas algo? —él la mimaba.

—No, no y no —dijo ella con una risita—. Bueno, tal vez un ...

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