Capítulo 31

La perspectiva de Claudio

Con los ojos aún cerrados, puedo escuchar una voz familiar, suave y femenina llamando mi nombre. Era claro en su tono que estaba llorando.

“¡Alfa, no puedes dejarme! ¡Despierta! ¡Tu manada te necesita! ¡Yo te necesito!” dijo con una evidente desesperación en su voz. Sen...

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