Capítulo 40- Celoso

Me empujó de espaldas y sostuvo mis manos sobre mi cabeza, haciéndome incapaz de moverme. Sabía que no duraría mucho.

Parecía una bestia lista para devorar a su presa, y yo era esa presa.

—¿Te parece divertido tu jueguito, verdad? —preguntó. Joder, no reconocí su voz, solo el sonido era suficiente...

Inicia sesión y continúa leyendo