2.
—POV Becca Moreau
Él se retira y luego vuelve a embestir, y todo empieza a desvanecerse en pura dicha, nos arañamos mutuamente, manos aferrándose a la piel sudorosa y labios gimiendo uno contra el otro.
Ni siquiera sé cuándo sucedió, pero en algún momento me doy cuenta de que tengo ambos pies fuera del suelo y envueltos alrededor de su cintura...
Sus manos sosteniendo mi trasero con fuerza mientras me folla duro contra la pared.
Siento tu boca alrededor de mis pechos, chupando y chupando, alternando entre los dos, tu lengua jugando y provocando la punta de mi pecho...
Mis manos se deslizan bajo su camiseta, uñas rascando su perfecto pecho y abdomen musculoso mientras lo beso con todo lo que tengo.
Su verga se hunde en mí, el sonido sucio y obsceno en mis oídos mientras se mezcla con nuestros gemidos crudos y animales de placer.
Sus pesados testículos golpean mi trasero, sus dedos se clavan en mi piel, y sus labios dejan marcas en mi cuello y clavícula que sé que lamentaré más tarde, pero que desesperadamente quiero más ahora.
—¿Quieres correrte para mi verga, hermosa?— gruñe contra mis labios, haciéndome gemir. —Déjame sentir esa linda concha correrse para mí, sé una buena chica y córrete para mí.
Sus palabras sucias me provocan a través de mis oídos, él embiste profundo, mi clítoris dolorido se frota contra su grueso eje, y de repente todo explota a mi alrededor.
Grito en sus labios, gimiendo y sollozando en su boca mientras el orgasmo me golpea...
Me aparto, jadeando y aferrándome a él, sintiendo mis piernas débiles mientras trato de recuperarme del orgasmo...
Sus manos se deslizan sobre mi cuerpo, arrancando la única prenda que tenía puesta, justo cuando él se quita toda su ropa, dejándola esparcida por su cuerpo...
Me agarra, ayudándome a envolver mis piernas alrededor de su cintura y sus labios encuentran los míos...
Desliza su verga de nuevo dentro de mí, haciéndome gemir mientras las réplicas me sacuden.
Siento mi cuerpo siendo llevado y mi espalda golpea el suave colchón y su cuerpo musculoso está encima del mío, y luego empieza a moverse con su verga dentro de mí...
—Eres tan caliente— susurra contra mi oído y desliza sus labios hasta mi cuello.
—Déjame sentarme sobre ti— pido con una mirada traviesa, haciéndolo mirarme sorprendido por unos segundos.
Él dio una sonrisa cautivadora y sexy, abrazando mi cintura con fuerza y girando en la cama, colocándome encima de él, cabalgando su verga...
—Cabalga, cabalga mi verga— dice con voz ronca y aprieta mi trasero.
Lo cabalgo, rebotando arriba y abajo en su verga, mis pechos balanceándose con el movimiento.
Él desliza sus manos por mi cuerpo y enrolla mis pezones entre sus dedos.
Coloco mi mano derecha en su otro hombro, sobre los varios tatuajes allí, y empiezo a moverme.
Su mirada perversa y sexy me observa mientras balanceo mis caderas, lentamente al principio y luego más rápido, más rápido y más rápido.
El sudor corre por los lados de mi cara mientras su verga se mueve dentro y fuera de mí.
Muerdo mi labio inferior para evitar una serie de sonidos, pero mis dientes resbalan y termino dejándolos salir todos de todos modos.
Gimo y sudo y me froto contra un hombre que no conozco, levantando la vista para encontrarlo con la cabeza inclinada hacia atrás, y manos guiando mis caderas.
Como si pudiera sentirme mirándolo, el extraño caliente baja la mirada y se inclina cerca, tomando mi labio inferior entre sus dientes, y chupándolo en su boca.
Gimo mientras desliza sus manos por mi espalda, calmando mi piel caliente con sus yemas.
Mientras lo cabalgo, escucho el suave crujido de la cama y los ásperos suspiros de su respiración.
Me sorprende que me deje ir tan rápido y frenética, que no se corra de inmediato.
También lo trabajo duro, presionando mi pelvis contra la suya, frotando mi clítoris con cada embestida.
Mi cabeza cae sobre su hombro pero no me detengo, mordiendo su piel siento mi orgasmo capturarme y jadeo de nuevo, mordiéndole el cuello esta vez.
Él me sostiene más cerca, envolviendo un brazo alrededor de mi cintura mientras tengo mi espalda y dejo caer mi cabeza...
Cabello mojado pegándose a la superficie sudorosa y pegajosa de mi piel.
Su boca encuentra mi pezón, llevándome completamente al borde y antes de darme cuenta, estoy a cuatro patas en la cama con él follándome duro...
Buscando su liberación con un suspiro y un profundo gemido masculino.
