8.
No sé por qué me siento incómoda con esto, él es mi jefe y lo que tuvimos fue una coincidencia que hubiera sido mejor que no ocurriera...
Me quedo allí unos minutos trabajando y escucho la puerta de la oficina de mi jefe abrirse de repente...
No solo eso, sino que levanté la vista para ver a la rubia con el lápiz labial corrido y el cabello desordenado, pero me pareció furiosa...
—¿Qué me miras, empleada de mierda? Ve a trabajar para mantenerte, mendiga —dice con disgusto dirigiéndose hacia el ascensor.
—Hija de puta —susurro, controlando el odio que siento por haberme ofendido.
Necesito divertirme hoy, saco mi celular y le envío un mensaje a Eloísa para invitarla a una fiesta esta noche...
—Dios mío, qué linda —dice Eloísa, abriendo la boca sorprendida— No sé qué te pasó hoy, pero me gusta la nueva versión, Becca...
—No pasó nada, solo quiero divertirme, el trabajo me está estresando mucho —digo seriamente mirándome en el espejo— ¿Crees que este look está bien? Me parece muy escotado...
—Deja de ser una mujer molesta, te ves sexy —dice dándome una palmada en el trasero y la miro asustada— Habrá varios hombres queriéndote, disfruta la noche —me guiña el ojo mirándome con picardía.
—Parece que tú también, Eloísa, te ves hermosa —sonrío— ¿Vamos?
—Vamos, Becca —dice emocionada sacando su celular— El Uber nos está esperando...
Asentí y agarré mi bolso junto con mi celular, salimos de mi apartamento y cerré la puerta con llave...
(...)
Agarro una bebida y voy a la pista de baile con Eloísa, empezamos a bailar al ritmo de la música...
Me gusta bailar, a pesar de ser un poco reservada, necesito disfrutar más de mi vida...
Siento la bebida bajar por mi garganta, no soy mucho de beber pero hoy quiero disfrutar un poco...
Además, veo a un chico pelirrojo acercarse a mi amiga y ella le da una sonrisa seductora, pronto los dos empiezan a besarse...
Empiezo a bailar sola, cierro los ojos y dejo que mi cuerpo se deje llevar por la música que estaba sonando en la pista de baile...
Siento una mano fuerte en mi cintura abrazándome por detrás, me asusto al principio pero no me aparto...
Su fuerte perfume invade mis fosas nasales y su olor me parece familiar, pero lo dejo de lado porque es solo una tontería en mi mente...
Su agarre en mi cintura aumentó mientras su cuerpo rozaba el mío, volviéndome loca...
Aún con los ojos cerrados comenzamos a bailar al ritmo de la música, se me puso la piel de gallina cuando sentí su cálido aliento en mi cuello...
Muerdo mi labio conteniendo un gemido cuando siento besos húmedos distribuidos por mi cuello y una de sus manos apretando mi pecho a través de la ropa...
Maldita sea... Mi cuerpo está en llamas...
Mi cuerpo es girado bruscamente, dándome un pequeño susto y antes de que pudiera protestar siento sus labios devorando los míos con voluptuosidad...
Tu boca sabe a whisky, y tu lengua domina la mía perfectamente, nuestros cuerpos pegados, tus toques firmes en mi cuerpo...
Detengo el beso tratando de recuperar el aliento, pero no me alejo, siento su boca lamiendo mi cuello y suspiro fuerte...
Abro los ojos y me asusto al ver que es mi jefe quien me está besando, me aparto bruscamente de él haciéndolo mirarme seriamente...
—¿Tú? ¿Qué demonios? —digo irritada, pasando mi mano por el cabello nerviosamente.
—¿Qué pasa, chica? Solo disfruta el momento —dice tratando de besarme de nuevo, pero me aparto— No hagas eso...
—No me grites, idiota —grito un poco fuerte por la música— No deberías haber hecho eso, eres mi jefe...
—No soy tu jefe aquí afuera, señorita —murmura irritado y sostiene mi cintura— Solo disfruta el momento, querida —susurra en mi oído y me muerde la oreja— ¿Nos vamos de aquí?
—No me voy a acostar contigo, Sr. Durand —digo fríamente, alejándome de él aunque mi traicionero cuerpo no quiera apartarse de su toque— Déjame en paz...
Camino entre la multitud dirigiéndome hacia el bar, no sé si se quedó allí o me está siguiendo, pero no me importa...
Vine a divertirme y tratar de desestresarme, pero este idiota tenía que aparecer aquí para estorbar...
Pasó casi un mes tratándome con arrogancia, sin importarle nada, y ahora viene a mí queriendo llevarme a la cama. Es un hijo de puta...
Me siento en el banco frente al bar y hago una señal para que el barman venga a mí, suspiro, tratando de controlar mi respiración, que aún está acelerada...
—¿Qué quieres? —pregunta el barman acercándose a donde estaba.
—Una bebida, por favor —pido.
—Trae dos, chico —escucho una voz masculina desconocida detrás de mí y me giro para ver a un hombre rubio sentado a mi lado— ¿Puedo hacerte compañía?
—Claro, ¿por qué no? —doy una sonrisa débil mirándolo— Mi nombre es Becca...
—Mi nombre es Alisson... —dice con una voz ronca y una sonrisa seductora— Si me permites decirlo, eres muy hermosa, Becca...
—¡Gracias! —doy una sonrisa tímida.
Miro hacia atrás y veo a mi jefe con el ceño fruncido, no parece gustarle lo que ve...
Me encojo de hombros y vuelvo mi atención al hombre rubio frente a mí, debe tener alrededor de 28 años por su apariencia...
