Capítulo 129

El rostro de Elise se puso rojo como un tomate, y bajó la mirada avergonzada.

Miró a Seth, rogando en silencio por ayuda. Seth, tan tranquilo como siempre, dijo —Oye, no la culpes. Ella no sabía lo que estaba pasando.

Los ojos de Elise se llenaron de lágrimas ante la defensa de Seth, y asintió ráp...

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