La fuerza del corazón

Amaia

Salimos de allí como descolocados.

Alicia lloraba aún. Era entendible.

Carter estaba bien callado, era su costumbre.

Sin embargo Aidan, se veía alegre. Extraño. Y entonces recordé que no sabía donde se había metido las últimas casi seis horas.

Afuera, Carter se llevó a su hermana y Dougla...

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