Epílogo, parte 3

A Lander le tomó diez minutos exasperantemente largos para recomponerse y decir algo que se pareciera a una frase coherente. Todo lo que quería hacer era irme, perderme en el aroma de Charlie, la suavidad de su piel, el calor de ella. En cambio, estaba atrapado viendo un momento muy personal e íntim...

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