En el principio, capítulo 108

Caímos sobre el suelo nevado del prado con un golpe sordo, Daniel gimió de dolor y comenzó a temblar.

—Dios mío —murmuré en voz alta, dándome cuenta de lo graves que eran sus heridas. En la nave estaba demasiado oscuro, pero incluso con la débil luz del sol invernal, pude distinguir los moretones q...

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