Amigos

—Hola—debo estar roja, siento mi cara caliente, no me había depilado mis piernas que horror.

—Tú, ¿debes ser mi compañera de cuarto? —asiento—si me lo imagine por tus cosas—volteo a ver tengo un desorden y es una maleta, pero todo su contenido está regado, gracias a la Diosa Luna que no tire todo e...

Inicia sesión y continúa leyendo