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—¡Por supuesto que es raro! ¡Considerando que se supone que eres la mejor sanadora de todos los doce reinos!— siseó ella.

—¿Estás segura de que tienes útero y que tu hombre puede engendrar un hijo?

La pregunta directa la tomó por sorpresa. Le lanzó una mirada fulminante a la mujer.

—Sí, tengo úte...

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